Recuerdo aquella tarde donde al correr por los pasillos de mí casa, me dirigía hacia la sala ahí se encontraba mi abuela sentada al lado de la ventana, vi que en sus manos tenía un aro bastidor de bordado y frente a ella una pequeña mesa llena de cristales para bisutería, metales para coser, perlas y muchas telas de algodón cortadas.
Es interesante ahora que lo recuerdo, pues en ese momento no sabía el sentido que pudiese cobrar para ella lo que estaba bordando.
Así que me acerque y dije – ¿Qué haces abuela? -Una sonrisa sobresalió de su rostro me miró y dijo: ¡Estoy bordando mi princesa! -Fue cuando me detuve a ver su mano, aguja e hilo, perlas y muranos atravesaban una y otra vez por el bastidor, formando una figura.
Imagen tomada de Pinterest
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Es así, como surgió la curiosidad y le pregunté: ¿Qué estás bordando? – Estoy creando una corona como la que tenían en la realeza hace años – ella me miró con gesto de curiosidad, diciendo – ¿Te cuento algo mientras termino de bordar?
Pintura realizada por Ludvig August Smith
El 16 de febrero de 1930, ingleses encontraron un mural tejido llamado “Tutankamón” y fue en memoria del Faraón egipcio del mismo nombre de la Dinastía XVIII. Se dice que este mural data del año 1300 A.C. Por excavaciones los ingleses pudieron determinar que para los egipcios, el oro y el tejido eran un símbolo de estatus social.
Por otro lado, en Latinoamérica se conoce que el arte de bordar estuvo aproximadamente desde el año 300 A.C. relacionado con las comunidades indígenas en países que hoy se conocen como Perú y Chile, por lo tanto, adoptaron el bordado como una forma de identidad y tradición cultural lo que convierte el arte de bordar como una expresión que tiene un valor comunicacional muy grande. ¿Interesante no? – fijando su mirada sobre mí.
¡Que interesante Abuela! ¿Entonces al igual que los egipcios bordaban, los ingleses también lo hacían? A lo que ella respondió – Al igual que Tuntankamon, en Inglaterra la Reina de Catalina de Aragón (1485-1536) decidió incorporar a sus vestidos los más elegantes bordados añadiéndole oro, perlas, cuentas y colores llamativos para convertirlos como trajes de la realeza.
Además, en honor a los franciscanos, papas y figuras religiosas de la iglesia católica, las mujeres bordaban con piedras los retratos de estos personajes como símbolo de respeto.
Mi abuela poco a poco y con paciencia, estaba terminando el bordado diciendo – ¿Sabías que el bordado es muy importante en el mundo? ¿Sobre todo para las mujeres?
Porque el bordado fue el paso de la historia entre lo artesanal y lo industrial, las mujeres al no ser sujetas de derecho tenían muy pocas oportunidades de mostrarse en la sociedad, el bordado era la voz muda de muchas de ellas.
Querida nieta, quiero que sepas que mucho del sentido de mi vida me lo han dado las piezas que he bordado.
Con una sonrisa en su rostro, me mostró la corona, sorprendida de ver su resultado final pregunté – ¿Qué significa aquella figura? – En Rusia, existió “La Edad de Oro” donde las mujeres realizaban piezas de bordado con pedrería para las altas cortes, obsequiar una pieza en embroidery tenia amplio significado se le deseaba a la persona salud, alegría e incluso cumplir deseos pero eso dependía del tipo de figura que desees dar, por ejemplo, para ellos una corona simboliza el poder, el esplendor y la riqueza de un soberano.
Tomé la corona bordada y mirándola con gran detalle le pregunté ¿Yo puedo bordar abuela? Claro que sí: Mi abuela me abrazó diciendo al oído como si fuese un secreto ¡Creo, mi querida nieta! que la historia de bordar acabará en el instante que el humano no tenga imaginación y tampoco manos para crear.
Es una excelente tutora, sabe explicar y comunicarse a la hora de una actividad, 10/10 sus clases, muchas gracias.
Muchas gracias Luz Stella